DEBILITADOS Y ACOMPLEJADOS

Así es, los hispanos en general estamos debilitados, acomplejados. Creo que seguimos siendo emprendedores, audaces y valientes como nuestros antepasados, que crearon el Imperio Hispánico tricontinental, pero nos han debilitado mucho económica y moralmente.

En realidad ese era el objetivo de los enemigos de la Hispanidad: fragmentar España, dividir los territorios que componían el Imperio Hispánico. Que los españoles  tanto americanos como peninsulares o asiáticos fuéramos cada vez más débiles. Y que creyéramos que eran verdad las mentiras y embustes de la infame Leyenda Negra. Era necesario mermar nuestras fuerzas a toda costa.

Esto lo demuestra con perfecta claridad aquel plan de los ingleses elaborado en 1711 y publicado en 1739. Este plan se titula: "Propuesta para humillar a España" ("A Proposal for Humbling Spain").

Arroja bastantes sospechas sobre Inglaterra y también sobre Francia la misteriosa muerte del heredero a la corona española elegido por Carlos II. Con la desaparición de este heredero al trono, la dirección del Imperio Español quedaba sin sucesor. Francia impuso como nuevo rey de la monarquía española a un borbón francés: Felipe V,. aunque esta imposición provocara el estallido de la Guerra de Sucesión. De esta manera, Francia, controlaría en gran medida los destinos del Imperio Español, de acuerdo naturalmente con los intereses y ambiciones de la monarquía gala. Felipe V cambió las estructuras y la organización de los virreinatos hispanos de América, convirtiéndolos "de facto" en colonias, a las que restó autonomía. Esta no era la forma de gobernar de los Austrias, la dinastía reinante anterior, con reyes-emperadores tan destacados como Felipe II y su hijo Carlos V. 

La derrota de la flota franco-española frente a la armada británica en la batalla naval de Trafalgar, celebrada en 1805, provocó que la Armada española quedara debilitada, lo cual dificultó el tráfico comercial y militar entre la Península y los virreinatos americanos. A partir de esta victoria, Inglaterra consiguió el dominio en los mares.

En la primera década del siglo XIX, Napoleón da orden a su ejército de invadir España. Tras seis años de guerra contra las tropas francesas, España obtuvo la victoria, pero quedó muy dañada. Desde el punto de vista demográfico, el país perdió unos 350.000 habitantes, entre víctimas militares y civiles. La economía sufrió un gran declive, que tuvo repercusiones perniciosas a lo largo de todo el siglo.

A principios del siglo XIX, Inglaterra pudo llevar a cabo por fin el plan trazado en el documento que cité anteriormente ("Propuesta para humillar a España"):  la balcanización en pequeñas naciones insignificantes los territorios virreinales que componían el Imperio Hispano. A ello añadieron la pesada losa de unas deudas muy cuantiosas que han impedido el desarrollo económico de Iberoamérica. De este modo,  desde Londres se podía manejar fácilmente  a los recién creados países hispanoamericanos. Misión cumplida.

Otra etapa dentro del proceso de humillación de España y su poderoso Imperio fue la guerra entre Estados Unidos y España. Como es bien sabido, este conflicto bélico tuvo como consecuencia la perdida en 1898 de las ultimas provincias españolas de ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron a ser realmente colonias controladas por Estados Unidos.

Buscar como aliado a Portugal y promover la separación entre España y Portugal fue otra maniobra de los dirigentes británicos con el mismo propósito de siempre: ir debilitando y troceando las posesiones de la Monarquía hispana. Inglaterra no permitió de ningún modo que Portugal y España siguieran unidas  y provocó su ruptura, al parecer, en contra de la mayoría del pueblo portugués que si deseaba continuar unido a España. Para lograr tal objetivo los agentes ingleses, en connivencia con Francia, tuvieron que apoyar militarmente a cierta élite aristocrática portuguesa, liderada por el duque de Braganza.

Como parte de este insidioso plan llevado a cabo siglo tras siglo para  humillar a todos los hispanos, y eliminar el inmenso poder que había surgido  con la creación del Imperio Hispánico, Inglaterra se apropió del Peñón de Gibraltar en plena Península Ibérica. Gibraltar es hoy día la última colonia inglesa que existe en Europa.

El almirante Nelson intentó conquistar las Islas Canarias. Afortunadamente para los hispanos, no lo consiguió, dada la heróica e inteligente defensa que hicieron los españoles en las islas. Nelson perdió su brazo precisamente en esta fallida operación militar.

Ya en el siglo XX, se dictaminó en  1945 el aislamiento internacional de la España regida por el general Francisco Franco Bahamonde algunos años  después de la Guerra Civil Española. De este modo, se condenaba al pueblo español prácticamente a pasar hambre y a la posibilidad de que se produjeran muertes por inanición. Menos mal que una nación hermana, con un defensor de la Hispanidad con Perón al frente, decidió romper el aislamiento enviando víveres y alimentos a España.  Durante las décadas en que gobernó el general Franco, España  fue mejorando su económica paulatinamente y al final del gobierno de Franco, España se había industrializado, de tal manera que aparecía en los rankings como octava potencia mundial.

Coincidiendo con un momento de inestabilidad política en España causada por la enfermedad de Franco, que se hallaba enfermo en un hospital y agonizando, Marruecos aprovechó esa situación para invadir el extenso territorio del Sahara Español, que era una provincia más de España. Los saharauis hablaban español y tenían nacionalidad española

En el período siguiente, tras la muerte de Franco, los partidos políticos en general, sin importar su color, se han dedicado con terrible eficacia a desindustrializar España, es decir a debilitarla, que es precisamente lo que ha pretendido y pretende hoy el Imperio Anglosajón formado principalmente por Estados Unidos e Inglaterra. Hemos de deducir que las políticas que han ido disminuyendo  la capacidad económica de España y su influencia política e internacional forman parte del plan de mengua y disgregación de la Hispanidad, de España y lo hispano. 

Este proyecto menospreciador de España, de su historia y de su labor civilizatoria en Hispanoamérica, llevado a cabo a través de diversos métodos, continúa hoy día con igual o superior intensidad que en tiempos pasados. Ahora el objetivo es que Cataluña, las provincias vascas, la región Gallega, las ciudades de Ceuta y Melilla e Islas Canarias  se separen del resto de España. 

Las consecuencias de esa ruptura para España  serían desastrosas en todos los sentidos. Podría considerarse  el golpe definitivo.  España, seguramente, jamás se recuperaría de esas pérdidas territoriales, económicas, demográficas, etc. Y los enemigos tradicionales de España, es decir, el Imperio Anglosajón, encabezado hoy día por Estados Unidos de Norteamérica, vería finalmente sus ambiciones geoestratégicas  satisfechas. 

Para conseguir estos fines, dicho con otras palabras, para seguir  perjudicando al mundo hispano (y por otros fines también), Estados Unidos se ha aliado con Marruecos. No es de extrañar que el gobierno Marroquí esté presionando al gobierno español, mediante la reclamación una y otra vez de las plazas de Ceuta y Melilla.  También es evidente que Marruecos no descarta la posibilidad de adueñarse de las Islas Canarias.

El proceso de subordinación y desprestigio al que están sometidos de los países hispanos no se va a detener, aunque sea un pronóstico pesimista. Todo parece indicar que, con la paradójica colaboración de ciertas elites dirigentes y partidos políticos "españoles", España seguirá perdiendo fuerza y relevancia en los próximos años. Si España pierde vigor e influencia,  los países hispanoamericanos también se verán afectados, pues sigue habiendo, pese a los esfuerzos denodados de las potencias antihispanas, una gran relación cultural, basada en la lengua, la historia y los valores comunes  que comparten todos los hispanos tanto  de la península como de América, de Asia y también debemos incluir, por supuesto, al pueblo saharaui y a Guinea Ecuatorial.

Sabiendo que las potencias extranjeras que hemos mencionado no van a cejar en su empeño de ir menoscabando el mundo hispano y sus  posibilidades de desarrollo, realmente, el único camino que puede tomar la Hispanidad, para salir de su postración y su pobreza (que ya dura doscientos años), es unirse otra vez, crear lazos de unión más estrechos, a través de un Mercado Común Hispano, un Parlamento de la Hispanidad (donde estén representados todos los países de tradición hispana), fijando nuestros propios objetivos y trabajando con tenacidad todos los hispanos por un futuro mucho mejor que el presente, y, desde luego, más positivo que el que tienen proyectado para nosotros las potencias dominantes actualmente en el planeta.

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