¿AGRADECIMIENTO ?
Poner a un barco de la Armada americana el nombre de Bernardo de Gálvez es una forma de reconocimiento por la ayuda que la Monarquía Hispana dio al general Washington. Pero ese reconocimiento, lamentablemente, no ha ido acompañado de un agradecimiento real, que se hubiera logrado, en mi opinión, mediante acciones más destacables.
De hecho, el gobierno americano no dudó ni un instante al final del siglo XIX en arrebatar Puerto Rico, Cuba y otros territorios al Imperio Hispánico, causando por efecto de esas acciones miles de muertos e innumerables daños materiales. Sin olvidar la política norteamericana de eliminación de las huellas culturales dejadas por España en sus provincias y virreinatos.
Por ejemplo, en las Islas Filipinas, el gobierno americano hizo desaparecer el idioma español mediante métodos drásticos y agresivos. En los territorios de Norteamérica que pertenecieron a Nueva España, otro ejemplo de supresión del pasado, se está intentando borrar la signos de la presencia hispánica. Tampoco titubearon las élites norteamericanas a la hora de utilizar la Leyenda Negra para distorsionar la historia del Imperio Español, ocultar sus logros y gestas, difamar a la hispanidad y menospreciar a los hispanohablantes.
Por otro lado, en España todavía se sigue esperando que el gobierno estadounidense devuelva la ingente cantidad de dinero que el rey español Carlos III entregó a las trece colonias para que pudieran independizarse de Inglaterra. Devolver a España y a los españoles todo aquel dinero que George Washington recibió en concepto de ayuda para su causa (en unas circunstancias muy apuradas) sí que sería no sólo una acción digna y justa sino también una muestra de verdadero agradecimiento, proporcional al enorme favor que recibieron los colonos en la lucha por su independencia. Muchos historiadores coinciden en destacar la relevancia que tuvo el apoyo español a las trece colonias hasta el punto de que el propio general Washington reconoció que sin España no existiría EEUU.
Creo que otro modo de agradecer aquella ayuda decisiva que tanto necesitaba el ejército de las trece colonias en rebeldía contra Gran Bretaña, una medida realmente importante, en consonancia con la relevancia de la ayuda prestada, si no desea el gobierno estadounidense devolver en forma de dinero aquel gran favor, puede ser la entrega de la isla de Puerto Rico a España, de lengua y cultura hispanas, tal como viene reivindicando desde hace años una parte considerable de la población puertorriqueña. La opción que acabo de proponer -la entrega de Puerto Rico- deberían sopesarla los dirigentes políticos de EEUU.
En tiempos más recientes, con Kissinger a la cabeza, las maquinaciones e intervenciones (más o menos veladas) de los yankis, han perjudicado seriamente el prestigio, el poder político e industrial y la fuerza de España.
Si esto sigue así, desprovista de soberanía real energética, industrial, política, sin un proyecto diplomático definido, sin peso específico en el mundo, etc., España por desgracia se desvanecerá como un sueño, en unas cuantas décadas.
El plan del Imperio Angloamericano de humillar, debilitar y finalmente, si pueden, borrar de la historia a España (y los valores que representa la Hispanidad) se habrá cumplido a plena satisfacción, desde la óptica de las élites anglo. Misión cumplida.
En ese caso, el protestantismo habría derrotado al catolicismo. El pragmatismo mercantilista e inmoral habría vencido definitivamente al humanismo cristiano. El individualismo exacerbado habría superado al modelo de vida en comunidad. El nihilismo desesperado habría causado la rendición de la alegría y la esperanza. La espiritualidad habría sido vencida por el materialismo a ultranza. La búsqueda de la justicia quedaría relegada al olvido para favorecer la búsqueda del beneficio económico, a costa de lo que sea. Los ideales de verdad, belleza y bondad serían objeto de burla; ni siquiera se entenderían. Se impondría "de facto" la ley de la selva, una lucha egoísta y salvaje por la supervivencia.
Y lanzarían desde la potente maquinaria mediática dominada por los anglos el discurso supremacista al que nos tienen acostumbrados desde hace tiempo. La civilización hispana debía morir porque era abyecta, generaba pobreza, sin tecnología, sin talento para la ciencia, llena de conflictos políticos, que si la Inquisición, que si actos oprobiosos, nada bueno podía venir de esos conquistadores genocidas en busca de oro.
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